miércoles, 5 de agosto de 2009

Carta del Tarot Nro 13,Happening " ME GUSTA HACER EL RIDICULO", OBRA RECHAZADA CRUCIFICCION DEL DIABLO

Cuando se inaugura el 59º Salón Michelena los colores predominantes de mi obra eran morado y amarillo, allí realicé mi primera acción, lo hice de manera inconsciente, me decoloré el cabello amarillo pollito, me puse una camisa amarilla y un pantalón amarillo mostaza y me paré al lado derecho de la obra para dialogar con los espectadores y los amigos.




Estando allí se me acercaron mis amigos Fernando Sosa y Fernando Delgado y me dijeron que nos fuéramos y yo les dije que no quería irme, que quería permanecer allí el mayor tiempo posible, ellos se molestaron y me dijeron que había sido un lechazo que me aceptaran, que jamás estaría de nuevo en ese Salón y yo les prometí que estaría todos los años que yo quisiera mientras viviera.


Dicho y hecho, desde entonces irrumpo en los Salones todas las veces que quiero.
Fui rechazado en el 60º Salón Arturo Michelena y pierdo mi equipo fotográfico, decido realizar arte en acción. Me presento el día de la inauguración con el Happening titulado “Me gusta hacer el ridículo”, para esta acción entregue al público la obra rechazada, impresa. Me apropie de la carta numero trece (13) del tarot, en la tapa de la baraja estaba impresa la fotografía de la obra rechazada titulada “Crucifixión del Diablo” y decía: “Me gusta hacer el ridículo”, el reverso de la baraja era el número trece qué es la muerte, le corté la cabeza a la calavera y le coloqué la mía (con el gorro y los lentes). Me presenté vestido con un traje rojo como un Diablo Danzante de Yare con un trece verde por delante y por detrás del blusón, un gorro y lentes de piscina verde y negro y unas alpargatas Wuayù verdes. Los espectadores me preguntaban, ¿Qué estas haciendo? y yo les contestaba, “el ridículo ¿y tú?”
El periodista Aquiles Ortiz lo comentó en su página de cultura del diario el Aragüeño, en la pág. 6 del 22 de Octubre de 2002 y decía; Debemos destacar que el salón Michelena nos permitió entablar conversación con trabajadores culturales de la talla de Ramón Mejías (director de la casa de la cultura de Güigue), Gladys Pírela (directora del Museo Mario Abreu), el coleccionista Torres Agudo, el critico de arte Alfredo Fermín, el artista plástico Jesús Quintero (quien hizo una obra virtual, por las salas del Salón “haciendo el ridículo”)… Para el desarrollo de esta obra realice una reflexión desde mí interioridad, partiendo desde mi niñez, cuando me hacia estas preguntas:
¿Quien soy?, ¿Que hago aquí?, ¿A donde voy?, ¿Que hay más allá de Dios?
¿A que vine a este mundo?, ¿Que quiero hacer?, ¿A que le temo? Y producto de esa reflexión logre ser más consciente de mí, de mis miedos y limitaciones, de lo que era y soy y decidí asumir mi ridículo. Desarrollando este trabajo desde mis incapacidades, convirtiéndolas en capacidades. El miedo a la muerte genera 6 miedos más y uno de ellos es el miedo al ridículo.

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